Sinopsis

"Quiero expresar en primer lugar que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco la legitimidad política surgida del 18 de julio de 1936" (Juan Carlos I, 1969). En su momento los redactores de la Constitución estaban dudosos entre establecer una monarquía constitucional o parlamentaria, consolidando finalmente un sistema democrático en 1978. Conforme a la legislación de la dictadura y a la voluntad testamentaria de Franco, la monarquía fue incorporada a la Constitución desempeñando la función de encarnación o símbolo de continuidad entre el pasado, el presente y el futuro de la nación española, bajo un sistema de partidos dominantes o de botín que conforman el régimen del 78. ”La vigente ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática —escribe el autor—, en su artículo 1, punto 3, repudia y condena la insurrección militar del 18 de julio de 1936, declarándola ilegal. Según el artículo 41 de supresión de los títulos nobiliarios concedidos por la dictadura desde 1948 hasta que se estableció la Constitución de 1978, cabe entender que tales supresiones podrían ampliarse en el futuro al título de Príncipe de España, concedido por Franco en 1969. En consecuencia, también sería razonable considerar la supresión de la monarquía, en la medida en que fue introducida en la legislación mediante los mecanismos propios de la dictadura y reforzada por la voluntad testamentaria de Franco”.