Sinopsis

La Teología de la liberación, a menudo perseguida desde instancias oficiales, ha abierto resquicios de esperanza entre las capas populares, sobre todo en América Latina. Gracias a ella sectores significativos de la Iglesia han cambiado de posición en la lucha de clases. Junto con sus recursos humanos, espirituales y materiales, se han puesto de parte de los trabajadores, de los campesinos, de los indígenas y de las luchas ecologistas para construir una nueva sociedad. Lo que ocurre desde hace decenios con el cristianismo de liberación en el mundo es un hecho muy relevante: se trata de una nueva fraternidad entre revolucionarios cristianos y revolucionarios ateos o agnósticos.